Actualmente no existe ningún tratamiento que cure la endometriosis, si bien, una detección precoz de la misma puede frenar su evolución y mejorar la calidad de vida de la paciente.
El tratamiento de la endometriosis requiere una visión integral y multidisciplinar de la mujer, para generar un plan personalizado e individual que se adapte a sus necesidades. Deberán considerarse, entre otros, la edad, los síntomas y el deseo reproductivo, siempre teniendo en cuenta la opinión de la mujer a la hora de escoger el tratamiento. En algunos casos, el tratamiento médico sólo, puede ser suficiente, mientras que otras pacientes se beneficiarán de un tratamiento médico y quirúrgico combinado. En general el tratamiento de elección deberá ser el menos agresivo, más eficaz a largo plazo y con los mínimos efectos secundarios posibles asociados. Existen hoy en día varios tratamientos, con diferentes grados de eficacia.
Tratamiento analgésico
El tratamiento analgésico administrado de manera exclusiva estaría indicado cuando existe deseo gestacional. Puede administrarse en combinación con otros tratamientos hormonales en pacientes sin deseo genésico. Puede usarse también de forma aislada, cuando la mujer no desea terapia hormonal, sabiendo que únicamente estará tratando el síntoma del dolor, pero no estará frenando la evolución de la enfermedad.
Existen diferentes tipos analgésicos que puede ser utilizados en las pacientes con endometriosis.
- Analgésicos-antiinflamatorios: ibuprofeno, naproxeno, desketoprefeno, paracetamol.
- Antihiperalgésicos: gabapentina, pregabalina
- Opioides: derivados de la morfina
Los más utilizados son los antiinflamatorios no esteroideos (AINES), aunque su prescripción prolongada puede producir efectos secundarios gástricos y renales. También hay que considerar los tratamientos analgésicos intervencionistas, realizados en unidades del dolor por anestesistas, donde se incluyen los bloqueos nerviosos con anestésicos locales. Estos son tratamientos de rescate cuando han fallado otras alternativas.
Anticonceptivos orales combinados (estrógeno-progestágeno)
Se considera la primera línea de tratamiento de las formas leves y moderadas de endometriosis, pudiendo ser pautado en forma continua (sin descansos) o de forma cíclica (con descanso cada 3 semanas para tener una regla al mes). Existen diversas presentaciones: pastillas, anillo vaginal o parche. Parece que la inhibición de la ovulación que produce la contracepción hormonal produce atrofia del tejido de endometriosis ectópico, reduce el dolor y el flujo menstrual, y ayuda a disminuir la posibilidad de progresión y recaídas de la endometriosis. También se recomienda su administración tras el tratamiento quirúrgico y tras el parto, con objeto de frenar la reaparición o la progresión de la endometriosis.
Progestágenos
Los progestágenos son eficaces y bien tolerados. Pueden administrarse vía oral, intramuscular, subcutánea (implante anticonceptivo) o colocarse a modo de dispositivo intrauterino con levonorgestrel (DIU –LNG), también conocido como DIU hormonado. El efecto de los progestágenos produce supresión de la función ovárica generando anovulación. También tienen efecto antiproliferativo sobre los implantes de endometriosis frenando su crecimiento. A su vez, disminuyen el volumen de sangrado en la menstruación (la mayoría de ellos consiguen suprimir la regla) y reducen el dolor menstrual.
Agonistas de la Hormona liberadora de gonadotropina Gn-RH (gonadotropin-releasing hormone)
Son fármacos que actúan bajando los niveles de hormonas femeninas debido a la falta de estimulación del ovario (por bloqueo de la estimulación a nivel de la hipófisis, glándula situada en el cerebro) y causando un estado de menopausia reversible. Sus efectos secundarios son los que se describen habitualmente en la menopausia fisiológica y suelen ser de aparición más brusca. Por ejemplo, sofocaciones, sudoración, dolores óseos o articulares, sequedad vaginal, etc. Su efecto no ha demostrado ser mejor que el de los anticonceptivos hormonales combinados o los gestágenos solos, por lo que se utiliza como tratamiento de segunda línea cuando han fracasado los anteriores, por ser más caros y tener mayores efectos secundarios. Su utilización no debería superar los 6 meses y en caso de ser un tratamiento más prologado, está indicado añadir tratamiento con estrógenos o tibolona (terapia add-back) para suavizar sus efectos secundarios. Su función principal es la cicatrización de los implantes microscópicos abdominales y el cese de la función ovárica y en algunos casos, puede facilitar las maniobras quirúrgicas. No es una medicación útil para intentar hacer desaparecer los quistes endometriósicos. Pueden darse como inyectables mensuales o diariamente por vía intranasal.
Antagonistas de la Gn RH.
Se hallan actualmente en estudios experimentales, pero parecen ser fármacos prometedores a la hora de conseguir mejorar los síntomas de las pacientes con endometriosis. Al igual que los análogos de la GnRH, provocan un estado de menopausia temporal.
Tratamientos quirúrgicos
El objetivo de cualquier actuación ginecológica será encontrar la vía menos agresiva, pero más eficaz para el control de la enfermedad. Las recaídas no son infrecuentes, así como tampoco lo es la afectación de ambos ovarios y de otros órganos pélvicos, por lo cual el criterio de conservación del tejido sano original es primordial.
Hoy en día, la mejor técnica quirúrgica es la laparoscopia. El abordaje se realiza a través de pequeñas incisiones externas en la piel, por las que se introducen los instrumentos de trabajo, entre ellos una cámara que permite visualizar el interior de la cavidad abdominal tras la generación de un pneumoperitoneo (creación de un espacio gracias a la introducción de gas CO2 en el abdomen).
Se lleva a cabo bajo anestesia general y requiere una valoración previa por el servicio de anestesia así como la realización de una radiografía de tórax, un electrocardiograma y un análisis de sangre preoperatorio. La misión del ginecólogo laparoscopista, será descartar malignidad y eliminar la mayor parte del tejido ectópico endometriósico, intentando la mínima lesión del tejido sano. El tejido enfermo se remitirá para estudio anatomopatológico, y el resultado se comunica a la paciente en la visita postoperatoria. La laparoscopia permite reducir la estancia hospitalaria y acelera la recuperación postquirúrgica. Si bien, la estancia y la vuelta a la actividad diaria varían en función del alcance de la cirugía.
En algunas ocasiones, principalmente ante cirugías realizadas en pacientes diagnosticadas de endometriosis profunda, aparecen situaciones inesperadas que requieren cambios de estrategia o cirugías con mayor dificultad de la esperada. Por ello es fundamental que la cirugía sea realizada por equipos multidisciplinares, que cuenten con ginecólogos expertos en laparoscópica avanzada, así como con cirujanos y urólogos que trabajen como equipos multidisciplinares. La información a la paciente de las posibles complicaciones y cambios de estrategia son prioritarios y deben ser comunicados y aceptados por esta en las visitas prequirúrgicas.
OTROS ABORDAJES DE LA ENFERMEDAD
En la actualidad, hay especialistas y pacientes que buscan hacer frente a las causas de la patología con una solución más integral, valorando el contexto completo de la persona: alimentación y nutrición, sistema inmune, exposición medioambiental, condiciones sociales y emocionales, entre otras.
Esta forma de abordar la enfermedad puede ser un tratamiento complementario o alternativo, en función de la elección de cada mujer.
En cuanto al embarazo, no puede aconsejarse nunca como tratamiento de la endometriosis, pues no lo es. Hasta hace no mucho se recomendaba porque, al mantener los ovarios y por tanto las hormonas en reposo, la enfermedad no suele progresar en ese tiempo. Además, se debe informar a las mujeres con endometriosis con deseo gestacional de que los tratamientos de fertilización suelen hacer que progrese la enfermedad.